La locura, es un tema que, debo confesar, me obsesiona. Personalmente, tengo una tesis de que es la locura, creo que la locura es lucidez. Creo que la individualidad es locura y que las masas actúan en el polo opuesto atribuyéndose normalidad, cuando en realidad el normal es quien deja la masa para convertirse en loco. En fin, es un tema interesantísimo, pero no quiero divagar en la filosofía del tema, evadiendo lo que nos convoca en este blog, el cine.
El cine esta lleno de “locos”. De hecho, quienes saben de guiones (o de tarot), habrán escuchado del arquetipo del loco y entenderán lo que significa que “hay que estar bien cuerdo para entender que estamos locos”. En fin, vuelvo a divagar, vamos al cine.
Quienes amamos el cine de woody allen, sabemos que es un personaje neurótico, vanidoso y absolutamente loco, tanto el como los personajes que interpreta, siempre están rayando el limite de la cordura y la locura. Annie Hall, ostenta merecidamente el óscar a mejor película, con un alvy que nos hace reír de verdad con su trágica percepción de la vida. Aclaro que estoy hablando del woody allen antiguo, que sublima su obsesion por el sexo en Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar. Entre Manhatan y Barcelona hay casi 30 años. El viaje por el cine de woody allen es delirante, lo haremos juntos mas adelante.
Quiero sacar de los “locos” a los psicópatas a quienes también les daré un lugar especial en el blog. A los locos que me refiero en este blog son los Randle Patrick, de One Flew Over the Cuckoo's Nest. Esos que deslindan en lo “normal” y que viven conflictos con una sociedad neurótica que padece una locura distinta. Atrapado sin Salida es otra de esas películas que no puedes no haber visto.
Otra película que trata la locura directamente, es running with scissors, Ryan Murphy, nos presenta un psiquiatra, muy tipo “dr. Freud”, que parte engatusándonos (según sus propias palabras) como una figura paternalista hasta mostrarse al final por lo que realmente es... Aunque no trata el tema directamente, American Beauty es (además de otra oportunidad de ver a la talentosa Annette Bening), también una oda a la locura.